Luis Claramunt. Años 80

Luis Claramunt, "A gatas", 1986 óleo sobre tela 145 x 180 cm
Luis Claramunt, "La chabola", 1980 óleo sobre tela 116,5 x 148,5 cm
Luis Claramunt, "Alameda IV", 1985 óleo sobre tela 200 x 300 cm
Luis Claramunt, "Madrid", 1985 óleo sobre tela 81 x 100 cm
Luis Claramunt, "Puerto amarillo", 1985 óleo sobre tela 200 x 250 cm
Luis Claramunt, "La taberna II", 1985 óleo sobre tela 81 x 100 cm
Luis Claramunt, "Embarcadero (Guadalquivir)", 1985 óleo sobre tela 200 x 300 cm
Luis Claramunt, "Sin título (Cañizo)", 1986 óleo sobre tela 81 x 100 cm
Luis Claramunt, "Sin título", óleo sobre tela 81 x 100 cm
Luis Claramunt, "El Hamman", 1986 óleo sobre tela 100 x 81 cm
Luis Claramunt, "Encantador de serpientes", 1986 óleo sobre tela 160 x 200 cm
Luis Claramunt, "Tres figuras en la plaza", 1986 óleo sobre tela 132 x 155 cm
Luis Claramunt, "Figuras, ciudad y tambor", 1987 óleo sobre tela 140 x 150 cm
Luis Claramunt, "Paisaje violeta", 1988 óleo sobre tela 81 x 100 cm
7 Mayo - 23 Junio 2016

Cinco razones para visitar la exposición:

1.- La exposición propone, con casi sesenta obras, un recorrido representativo por la producción artística que Luis Claramunt hizo durante los años 80.

2.- La selección muestra la predilección del artista por los espacios urbanos en los que encuentra escenas ligadas a una vida sin filtros y que le aproximan a un mundo instintivo e inmediato. 

3.- Barcelona, Madrid, Sevilla y Marrakech son para él fuentes inagotables de inspiración durante estos años.

4.- A pesar de la relevante muestra que el MACBA le dedicó en el 2012, Claramunt sigue siendo un artista poco conocido.

5.- Los principales objetivos de esta exposición son conectar la obra del artista con el público de Barcelona y ampliar el conocimiento sobre la pintura producida en la década de los años 80. 

"Luis Claramunt. Años 80"

“Luis Claramunt. Años 80” propone, a través de casi sesenta obras, un recorrido extenso y representativo por una década muy importante de la carrera artística del pintor. Se trata de una pintura marcadamente expresionista, en la que predomina una pincelada dinámica y vibrante. La energía que desprenden sus óleos y acuarelas gana poder descriptivo y dramatismo con la utilización de una paleta de colores intensa, a la vez que extraordinariamente corta, en la que abundan los azules y los ocres. El propio artista nos describe su proceso de creación con las siguientes palabras: “En cuanto a la ejecución y planteamiento de la obra en general, es la utilización de la mancha, sin esquema previo, hecha sin sentido, y luego extrayendo de ella una idea, una sensación, y acoplándola a un recuerdo; en suma, mezclando dos realidades, una más directa, el accidente fortuito, y otra no menos real, la que pueda dar la voluntad, la memoria inconsciente.”
Durante esta década, el artista pinta principalmente espacios urbanos. Calles, plazas, puertos, todos aquellos sitios en los que se desarrolla una actividad verdaderamente espontánea, espacios en los que encuentra situaciones y escenas reales, ligadas a una vida sin filtros, y que le aproximan a un mundo instintivo e inmediato, poco acorde con el trasfondo familiar de su infancia y juventud.
Luis Claramunt deja su ambiente familiar del ensanche barcelonés para ir a vivir en las zonas más humildes de la ciudad, alrededor de la Plaza Real y las ramblas, donde encuentra las experiencias necesarias que se convertirán en los temas de sus pinturas. Pero no solo Barcelona es el escenario en el que se enmarca su obra. Madrid, Sevilla y Marraquech, entre otros, son también ciudades extraordinariamente importantes para él y fuente inagotable de inspiración. De hecho, tal y como Kevin Power escribió en 1986: “A Claramunt poco le importan la historia de la ciudad o las glorias pasadas (…) Él se interesa por la naturaleza de los intercambios entre la gente y el lugar en el que viven, su esencial independencia, sus magulladuras, el generoso impulso de una abigarrada promiscuidad. Vive en la plaza del mercado donde lo barato, lo salvaje y lo sagrado se venden.”
En esta exposición se han seleccionado obras correspondientes a cada uno de estos escenarios, con un especial énfasis a la producción que Luis Claramunt realizó en Marrakech. Acompañado de Teresa Lanceta, artista y pareja en la época, permaneció allí largas estancias en las que su pintura evolucionó hacia un expresionismo sintético cada vez más evidente. Tal y como Juan Manuel Bonet describe las obras de este momento son “pinturas secas, esquemáticas, esenciales, de poca materia, basadas en un dibujo con un poco de jeroglífico, un dibujo muy propio de él (…)”.
La obra de Claramunt se ha visto poco en Barcelona desde su muerte en el año 2000 y, a pesar de la relevante muestra que el MACBA le dedicó en el año 2012, sigue siendo un artista muy poco conocido. Esta exposición pretende que el público de Barcelona le reencuentre y rompa el silencio que le rodea.

Biografía

Luis Claramunt (Barcelona, 1951 - Zarauz, 2000)

Luis Claramunt, hijo de madre pianista y padre decorador, nace en Barcelona el 19 de agosto del año 1951. A finales de los años 60 inicia la carrera de Filosofía y Letras pero al cabo de dos años abandona los estudios para dedicarse profesionalmente a la pintura. Claramunt se adentra en el mundo artístico en solitario, de forma autodidacta, y sin adscribirse a ninguna escuela. Este cambio de rumbo profesional le conduce, a la vez, a tomar la decisión de instalarse a vivir en los alrededores de la Plaza Real y abandonar la casa paterna iniciando, así, un proceso de desconexión con sus orígenes.
A partir de este momento, adopta un tipo de vida totalmente bohemia que le lleva a establecer y a construir fuertes vínculos con las familias gitanas de aquella época que le permiten familiarizarse con su cultura y sus costumbres. Este contexto despierta en Claramunt una afición hacia, tal y como él mismo lo describía, el “lado duro de las ciudades”, es decir, las luchas de gallos, los toros, los puertos, los barrios chinos, los bares de madrugada, los mercados de calle…
Todos estos ambientes de las ciudades, a menudo marginales y peligrosos, son los que interesan a Claramunt. De este momento son sus paisajes urbanos con marcado carácter dramático y sus pinturas con temáticas de personajes deformados y grotescos que se expresan en los lienzos por medio de una pincelada enérgica y dinámica, dominada por una corta paleta de colores en la que predominan los tonos terrosos y azulados. En definitiva, una pintura claramente expresionista que muestra las influencias derivadas de su admiración por las obras de Van Gogh, Picasso, Nonell, Soutine, Munch o Schiele.
A mediados de los años 80 se traslada a vivir a Madrid donde se instalará definitivamente después de pasar largas temporadas intermitentes en varias ciudades como Bilbao, Sevilla y Marrakech. A esta última viaja a menudo desde Sevilla, y de estas estancias salen grandes obras que muestran un lenguaje perfeccionado y en las que los personajes pasan a ser los protagonistas principales de las telas.
A finales de los años 80 su obra se vuelve más dura, exenta de elementos expresivos y en evolución hacia una pintura más sintética. La mancha deja paso a la línea, y el color y la textura pierden cierto protagonismo. En los años 90 se instala definitivamente en Madrid donde su obra se va volviendo más abstracta.
Luis Claramunt muere en Zarauz a la edad de 49 años durante la madrugada del 18 de diciembre de 2000. 

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