Le Corbusier

Le Corbusier, "Deux femmes nuages", 1937 pastel lavé y grafito sobre papel 27,5 x 30 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier, "Deux musiciennes sur la plage", 1937 pastel lavé y tinta sobre papel 21 x 30,5 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier "Nature morte", 1944 óleo sobre tabla 35 x 22,5 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier "Etude pour sculpture Ubu-Panurge", 1946 grafito y pastel sobre papel 27 x 21 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier "Taureau", 1952 lápices de colores y tinta sobre papel 33 x 21 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier "Taureau", 1952 pastel, tinta y lápiz sobre papel 33 x 23 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier, "Deux verres à pied", 1954 collage y carboncillo sobre papel 47,5 x 62 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier, "Simla", 1956 collage y tinta sobre papel 21,5 x 34,5 cm, © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier, "Taureau", 1960 collage, gouache y tinta sobre papel 52 x 73 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
Le Corbusier, "Deux femmes fantastiques", 1961 collage, gouache, tinta y carboncillo sobre papel 69 x 99 cm © FLC/ADAGP Paris, 2017
30 Noviembre 2017 - 18 Enero 2018

Es un privilegio poder presentar, por primera vez en nuestras salas, una exposición de la obra pictórica de Le Corbusier.
Charles-Édouard Jeanneret, más conocido como Le Corbusier, fue un creador polifacético que fomentó el diálogo entre disciplinas muy diferentes, manteniendo en todo momento un carácter discursivo intenso, rico y relevante tanto para el mundo del arte en general como para la arquitectura en particular. Fue arquitecto, urbanista, inventor, diseñador, filósofo, escritor, poeta, agitador, polemista, promotor y también pintor.
Esta exposición propone precisamente un recorrido por su producción pictórica y pretende no solo analizar sus principales características, sino también destacar su importancia, ya que tanto el dibujo como la pintura fueron elementos cruciales en su carrera profesional.
Con este objetivo, la exposición presenta más de veinte obras entre pinturas, dibujos y collages, que recorren los últimos 30 años de la vida del artista. La intención es  presentar una imagen sintética pero clara de su aportación en el terreno estrictamente pictórico y de cómo, a partir de finales de los años 20, interpreta la figura ‘humana’, en especial el cuerpo de la mujer.

 

"La búsqueda ética de la higiene, la exaltación de la pureza ingenieril, la celebración de las líneas rectas y las fábricas blancas que preconiza Le Corbusier instauran el relato moderno de la arquitectura del siglo XX, que predicará la noción de que el hombre es fundamentalmente un cuerpo limpio, cuyas necesidades universales fueron resumidas así por Le Corbusier: 'tout homme sait aujourd’hui qu’il lui faut du soleil, de la chaleur, de l’air pur et des parquets propres'.[1]

La representación de ese hombre universal motivó una larga y continua investigación plástica por parte de Le Corbusier, desde finales de los años veinte hasta acabar en la plasmación concreta del Modulor en 1948. A partir de 1918, la figura humana comienza a aparecer en sus pinturas, pero en la década de los treinta, tras sus viajes a América del Sur y a Argelia, ésta se convierte en el tema central de sus obras plásticas, sobre todo la figura femenina, protagonista esencial de su producción artística." (Marisa García Vergara)

[1] Le Corbusier, Vers une architecture, París, Ed. G. Cres et Cie, 1924, p. 234